El Noreste esconde secretos milenarios. Sus raíces culturales se entrelazan entre los  pueblos Omahuacas, Aimará e incluso los Incas.   

Tal vez  por ello, uno de los principales motivos para visitar el noreste sea su gente.  Alegres y predispuestos mantienen un sistema de fiestas y rituales ancestrales de los cuales el mas conocido es la   "Pachamama". 

Si bien la tierra parece despojada de vida, los minerales que la tiñen son el motor para la agricultura familiar, cuyos productos terminan en mercados y peñas locales. 

Es muy difícil cerrar este capítulo sin hacer mención a las bodegas.  Allí los valles son testigo de caprichosos viñedos, que han hecho de la cepa Torrentes una insignia que se remonta a lasprimeras empresas vitivinícolas del país.